domingo, 23 de octubre de 2011

¿Odio el mundo?

Después de pensar mucho en esa pregunta, creo que no. Yo me sorprendo de cosas, disfruto con cosas del mundo, me entretengo con ellas. Sin embargo, el mundo no pone de su parte, no me facilita las cosas, ni me "necesita" (o eso cree). Por eso hoy estoy decidido, no soy yo el que odia el mundo, es el mundo quien me odia a mi.
Parece raro, pero es así. Si no, ¿por que nunca me ha dejado vivir? Siempre me exige que sobreviva. ¿O por que no se detiene un momento a esperarme cuando voy más despacio? Siempre quiere que le siga. ¿O por que cuando necesito que corra, sigue a su ritmo? Siempre se niega a seguirme...
Creo que todo es por lo mismo, él me odia y procura que yo no consiga lo que quiero, lo que persigo es para él una amenaza y se que me siente, igual que nuestro cuerpo nota un virus, o una célula cancerígena por muy pequeña e insignificante que sea.
La importancia de las cosas no reside en su fisiología, sino en su efecto. Un pequeño tumor puede acabar con todo un sistema. Yo soy ese tumor, y el mundo no puede acabar conmigo de ninguna manera. Una cosa debe tener clara, extirparme será sencillo, pero destruirme es imposible.

Odysx

No hay comentarios:

Publicar un comentario