martes, 27 de noviembre de 2012

Relojes


Días que pasan deprisa, momentos bonitos que recordar. Te lo dice alguien que ahora ve pasar los días muy despacio, como si todo durase una eternidad, como si las manecillas de mi reloj de cocina permaneciesen estáticas durante todo el desayuno. Cada vez que levanto la mirada; las nueve y diez. Siempre la misma hora, sigo con mi desayuno y al volver a mirar hacia arriba, ahí están, detenidas, inmóviles, bloqueadas… En realidad no son tan distintas a mí en este momento.
Estoy igual que mi reloj de cocina, exactamente igual. Me miras y aquí estoy, en mi sitio de siempre, igual que ayer, igual que mañana. Sigo parado, sin avanzar. Esperando que alguien me de cuerda, pero ahora todo va a pilas, ya nadie da cuerda a nada…
Por más que lo intento no logro saber lo que tengo que hacer. Sera porque veo que nadie lo sabe, y que los demás relojes simplemente se dedican a marcar la hora, sin preguntarse porque lo hacen, sin plantearse hacerlo de otra manera. Todos al unísono, incesantes. Parece que es lo correcto, parece que son útiles, que son lo que tienen que ser y hacen lo que tienen que hacer.
Es más, cuando alguno deja de hacer lo que se espera de él, deja de ser útil. No queremos relojes parados, ni relojes que se adelanten solos o se atrasen. Queremos relojes que marquen la hora correcta, porque hemos creado los relojes para que hagan eso.
Pero os diré algo. Solo hay una razón por la que queremos eso. Solo una.
Tenemos miedo. Vivimos en el mundo del miedo. Sabemos que tener un reloj diferente conlleva riesgos. Podemos llegar tarde a los sitios, podemos perder el autobús por su culpa o nos puede costar el trabajo. Hay que llegar a tiempo, hay que ser puntual y para eso debemos usar un reloj en condiciones.
Yo sin embargo hago una reflexión y digo “¡A la mierda los relojes comunes!”. A la mierda el llegar a tiempo a todas partes, a la mierda ese autobús que hace todos los días la misma ruta y a la mierda ese trabajo que encontraste con 16 años y lleva asfixiando tus sueños y tus aspiraciones toda tu vida…
Cámbialo todo, date cuenta de que solo algunas personas con relojes tan excepcionales como el tuyo habrán perdido ese autobús y estarán caminando a tu lado. Entra a los sitios con esas pocas personas que llegan tarde igual que tu, y busca un trabajo en el que lo que importe no sea la hora a la que entras por la puerta, sino las horas que pasaras trabajando de verdad, esforzándote y dándolo todo para conseguir tus objetivos.
Y sobre todo recuerda una cosa muy importante, es muy posible que llegues tarde a algunos sitios, y pronto a otros. Nunca sabrás que hora marcan los relojes que funcionan “correctamente”, pero al menos siempre tendrás clara una cosa; No estás donde estas porque lo marque un reloj, estas donde estas porque lo marca "tu reloj". 

sábado, 29 de octubre de 2011

El virus del fútbol

Me indigna ver la evolución del deporte en el mundo y en concreto en nuestro país. Es increíble que lo único que permite a las personas convivir y realizarse de una manera completa y eficaz este tan poco valorado.
Deberíamos coger un frisbee o una bicicleta y transformarnos en seres capaces de cualquier cosa, incluso de ser decentes por un rato, eso es el deporte. El deporte es superarse y ayudar a que los demás se superen contigo, es competir, pero respetándonos, es ganar, pero sabiendo que otras veces perdiste. En resumen debería ser algo genial (y para algunos aún lo es). Pero hay un gran virus que por desgracia, como todo lo malo, se expande mucho más rápido que el respeto y el juego limpio. Ese virus tiene un nombre; Fútbol.
En España este deporte se ha ido convirtiendo poco a poco en un negocio, y además se ha convertido en la herramienta perfecta para las personas que no practican deporte y se sienten integrados en él solo por seguir a otros por la tele. Ha sido desde hace años el entretenimiento de ese padre de familia "tonto de cojones" que está deseando llegar de trabajar para sentarse en su sillón con una cerveza en la mano, y poder gritarle a un televisor mientras unos jóvenes millonarios sudan a miles de kilómetros de él.
Hasta ahí soy tolerante, entiendo que las personas que no tienen dos dedos de frente necesiten eso para ser felices, incluso entiendo que esos auténticos imbeciles insulten o tiren piedras a un autobús del equipo contrario.
Todo eso me da pena, por supuesto, pero no se les puede pedir más.
El problema realmente es que la gente se contagia fácilmente, y esos "padres" que son imbéciles, tienen aparato reproductor (un pequeño fallo de Dios dejar una herramienta tan potente en manos de cualquiera), y por tanto, tienen la posibilidad de engendrar pequeños bichitos que corretean. Y que con 13 años llevaran ya 10 jugando a un solo deporte (aberración desde mi punto de vista). Y además ese deporte será el fútbol, y por si fuera poco, tendrán ideas equivocadas sobre como tienen que comportarse en un campo.
Con lo que llegamos a la deducción de todo esto. Los padres tontos, tienen hijos y les traspasan sus pensamientos tontos, esos hijos o acaban jugando al fútbol, o con suerte practican otros deportes pero con los mismos pensamientos. Eso hace que los demás deportes se contaminen con las actitudes del fútbol y su afición poco inteligente. Y terminamos en la situación que estamos.
Todos los deportes contagiados por el virus hacen del deporte un maldito campo de batalla, donde un chaval adolescente no es capaz de comprender que antes de ser deportistas, somos personas. Pero no me extraña nada, porque ya poca gente consigue llegar a ser persona.
El deporte y la violencia no pueden estar tan cerca, porque lo primero pertenece al cielo y lo segundo es completamente terrenal....

domingo, 23 de octubre de 2011

¿Odio el mundo?

Después de pensar mucho en esa pregunta, creo que no. Yo me sorprendo de cosas, disfruto con cosas del mundo, me entretengo con ellas. Sin embargo, el mundo no pone de su parte, no me facilita las cosas, ni me "necesita" (o eso cree). Por eso hoy estoy decidido, no soy yo el que odia el mundo, es el mundo quien me odia a mi.
Parece raro, pero es así. Si no, ¿por que nunca me ha dejado vivir? Siempre me exige que sobreviva. ¿O por que no se detiene un momento a esperarme cuando voy más despacio? Siempre quiere que le siga. ¿O por que cuando necesito que corra, sigue a su ritmo? Siempre se niega a seguirme...
Creo que todo es por lo mismo, él me odia y procura que yo no consiga lo que quiero, lo que persigo es para él una amenaza y se que me siente, igual que nuestro cuerpo nota un virus, o una célula cancerígena por muy pequeña e insignificante que sea.
La importancia de las cosas no reside en su fisiología, sino en su efecto. Un pequeño tumor puede acabar con todo un sistema. Yo soy ese tumor, y el mundo no puede acabar conmigo de ninguna manera. Una cosa debe tener clara, extirparme será sencillo, pero destruirme es imposible.

Odysx

viernes, 21 de octubre de 2011

¿Mejorar?

Bonita idea, esa de mejorar las cosas. A veces pienso que de verdad la gente se cree eso de que las cosas pueden arreglarse. ¿De verdad? ¿Alguien se ha parado a pensar en eso un minuto?
Somos 7.000 millones de personas sobre La Tierra. Y eso, sin ser muy bueno en mates, significa que somos unas 7.000 millones de cabecitas con sus preocupaciones, sus pensamientos y sus ideas (comunmente equivocadas). Y lo gracioso de estás cifras es que pretendemos alcanzar la globalidad, pero huimos del compromiso, de la sostenibilidad, del respeto y sobre todo de la inteligencia. No queremos compartir con el mundo nada, no pretendemos ayudar a los demás, solo nos importa nuestra "vida" (si se le puede llamar así).
Mientras todos tenemos coches y dinero para llenarles el deposito, y tenemos casas con muebles y podemos llenar nuestros frigoríficos, y además tenemos 4 € para un paquete de tabaco o un cubata (en un sitio barato)... Nadie se da cuenta de nada, ni necesita a nadie, ni tampoco puede ayudar a nadie.
Pero cuando dejamos de tener toda esa mentira que en realidad nunca tuvimos, porque solo era un espejismo al que todos se unieron rápidamente, pensando que hasta el niño que vende limonada en la puerta de su casa podía permitirse un BMW, un MAC y una secretaria que le llevase las cuentas... Ahí es donde vienen los problemas.
España y su mentalidad de hacer poco o menos y conseguir mucho o más. Su idea de que si el vecino tiene un corta césped, debes comprar uno igual o mejor que el suyo. Si tiene una mierda, tu también debes tener esa mierda. Esa mentalidad tan pobre que convierte a las personas en gente, porque pierden todo lo que las diferencia, únicamente por unirse a lo que la sociedad dice que se lleva.
Entiendo que con 18 años (o menos desgraciadamente), un chaval se deje llevar por el grupo y fume para poder ser tomado enserio, o acabe borracho perdido solo por demostrar que es mejor que los demás. Bueno... En realidad tampoco lo entiendo, pero es por enfatizar lo mal que está que con 30, 40 o 50 años sigáis siendo imbéciles. De verdad que es una pena ver que eso no es cosa de la edad. Estaría bien soportarlo hasta que se cumplen los 25, o los 30 y luego todo el mundo cuerdo e inteligente. Pero eso sería demasiado para una raza como la nuestra.
Por tanto solo puedo sacar en claro que sois imbéciles, y que entonces, muy posiblemente yo también lo sea. Pero admito que haciendo un calculo razonable, si yo soy imbécil, soy de los menos imbéciles dentro de esos 7.000 millones de imbéciles, y puedo demostrarlo...

Odysx

miércoles, 19 de octubre de 2011

La inspiración

Es interesante aquello que decía Picasso. Porque es cierto que lo mejor sería que la inspiración te llegase cuando estás "trabajando". Por eso es bueno pintar por pintar, escribir por escribir, diseñar por diseñar, programar por programar... Lo que sea. Pero es mejor no esperar a tener la inspiración para hacerlo.
Imagina que estás en un parque cuando te llega esa "inspiración" y eres escritor (por hablar de lo que conozco). No vas a poder aprovecharla de la misma manera que si te llega ahora, mientras escribes esto.
Esa es la razón por la que creo que Picasso acertó diciendo que la inspiración llega trabajando. En realidad no comparto la idea de que únicamente llegue mientras trabajas, pero evidentemente solo puedes dejarla reflejada en tus trabajos si estás haciendolos cuando "ella" aparece.
Simple deducción que casualmente me llegó mientras trabajaba hace algún tiempo. Y como la he leído por uno de mis cuadernos perdidos, he decidido reescribir sobre este fenómeno que a menudo nos deja cosas tan increíbles como un cuadro, una estrofa o una escultura.

Odysx

lunes, 17 de octubre de 2011

El Sol y la Luna

Estoy aquí asomado a la ventana con tristeza por algo que me han pedido y que no se si puedo conseguir. Han tocado a mi ventana, cosa preocupante cuando es tan tarde y vives en el último piso de un edificio, pero yo soy positivo, se que las mejores cosas pasan cuando nadie mira. Así que he salido a ver quien era, y me he llevado una sorpresa. Era ella, yo la conocía desde hace mucho tiempo, la veo todas las noches pero la verdad es que no suelo hacerle mucho caso. Es lógico, porque se que mañana volverá, la miré yo o no. Ella siempre vuelve.
Y a menudo pensamos que porque algo este ahí siempre y parezca que nunca dejará de estar, podemos menospreciarlo.
Nos pasa todos los días, vemos gente en la tele, en revistas, en periódicos y nos sorprendemos de sus habilidades, de sus actos y sus proezas. Sin embargo, si nos dicen que el vecino ha descubierto la manera perfecta de ahorrar energía y permitir la sostenibilidad del planeta, miramos a otro lado. Eso en el mejor de los casos, porque lo más normal es primero decir que eso es imposible, que es un idiota por pensar que es capaz de haber logrado algo así o incluso podemos llegar a decir la típica frase de "si es verdad, porque no es rico y famoso".
¿Alguien puede explicarme porque las cosas brillantes y geniales solo pueden ocurrirle a otras personas, lejos de nosotros y de nuestros amigos y familiares?
A veces pienso si esa gente tan "increíble" tiene familias y amigos, porque no me imagino la escena reconociendo que alguien puede hacer cosas brillantes. Pero en realidad, la escena es la misma que la que he dicho anteriormente, al menos en el momento de la brillantez, antes de que el dinero llegue, o el reconocimiento (a veces eso nunca llega, o llega después de la muerte del autor).
Lo único que cambia, es que ellos consiguen esas cosas que son lo único que importa a la gente, y con ello imagino que cierran muchas bocas y dejan de tener algunos amigos que no les apoyaron cuando lo necesitaban, y después si quieren decir que ellos salían de copas con "X" persona.
Esto me indigna bastante, pero es así y tenía que decirlo. Ahora que ya sabemos que pueden haber cosas importantes cerca, y que aunque cada día las tengamos delante, y parezcan algo más en nuestras vidas, no tenemos derecho a pasar de ellas.
Hoy he escrito esto porque como os decía al principio del texto, alguien que tengo ahí cada día me ha pedido algo que no se si está a mi alcance. Ese alguien es la Luna, y desea encontrarse algún dia con el sol. Dice que siempre que el sol se va, llega ella, y que los dos viven solos desde hace muchos años. Solo me pide unos minutos con él, para conocer al único que puede comprender por lo que está pasando.
Ahora yo debería pensar que es imposible que consiga eso, y que nadie a mi al rededor será capaz de lograr una hazaña de tal magnitud. Pero hoy quiero acabar con esa ignorancia, quiero crear un punto de vista positivo y motivador, porque creo que lo que faltan no son personas brillantes, sino gente que sepa darles una oportunidad.

Odysx


domingo, 16 de octubre de 2011

Locura

La locura es eso que te da cuando no estas triste, cuando todo va sobre ruedas, cuando estás eufórico.
No es lo que la gente piensa. Cuando matas personas, cuando te suicidas, cuando haces daño... No estas loco, eso es ser un asesino, un suicida o alguien que hace daño, pero no es ser un loco.
Diferenciemos de una vez esto para comprendernos mejor. Loco es el que reescribe la historia, el que intenta algo nuevo, el que cree en cosas que parecen ser imposibles. Loco es el que consigue apartarse de lo normal, de lo que todos hacen. Loco es simplemente el que disfruta de sus cosas sin interesarse en lo que otros opinen sobre ellas.
Por eso no debemos usar ese termino para gente indecente, porque los mayores genios de la historia de la humanidad si que eran locos, y gracias a esos locos hoy tenemos cientos de teorías cientificas que son útiles, miles de obras literarias que son milagrosas y otras tantas cosas realmente increíbles.
Yo hoy digo, viva los locos, y si eres uno de ellos, olvida la connotación negativa que tiene esa palabra, porque si eres un loco, eres especial y seguramente cambiarás el mundo.