miércoles, 12 de octubre de 2011

Hermosa

Bonita textura. desde lejos se observa que es suave, sus rizos adornan su aspecto hermoso, y enmascaran el peligro que supone confiarse frente a ella al tratarla a menudo.
Mirarla es sentirla, y sentirla es querer tenerla para siempre. Pero no es mía, no puedo conseguirla. Ella está comprometida con el cielo. Ambos se juntan en el horizonte, fundiéndose en uno solo.
No hay quien sepa manejarla, ni quien muera sin notarla con sus labios. Todos la necesitan, y yo no soy menos, aunque solo pueda observarla.
Tocarla es posible, pero prefiero mirarla desde el otro lado de este cristal enmarcado de azul, sin dejar que ella sepa de mi presencia.

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